BIO
BIO
«Estoy buscando el rostro que tenía
antes de que el mundo existiera»
Edgar Saba
Nace en Lima (Perú) el 21 de Mayo de 1952. Obtiene la Nacionalidad Española en Mayo de 1982. Su padre, Elías Salvador, de origen armenio, nace en Belén y se ve obligado a emigrar, solo, con trece años de edad, a América Latina. Su madre, Gabriela Emilia, de ascendencia danesa nace en Arequipa (Perú) el 14 de Abril de 1914, año en que se inicia la primera guerra mundial, falleciendo a sus 99 años.
Edgar Saba realiza sus estudios escolares en el colegio Jesuita del Perú. En 1969 ingresa a la Pontificia Universidad Católica del Perú donde estudia Humanidades especializándose en Lingüística y Literatura, Artes Escénicas y Derecho. En 1976 es becado por el British Council de Inglaterra –durante cuatro años- en el reconocido Drama Centre London donde se licencia como Director de Escena y Dramaturgo. En su último año, escribe el guión de cine “Land of Foxes” producido por el Centre National de Recherche Scientifique (CNRS) de Francia, trasladándose a París.
Pero es en Londres donde conoce a Elishabeth de Muinck, conocida como Els Vandel, actriz holandesa, con quien más adelante contrae matrimonio y tendrán sus dos únicos hijos: Adrián Saba, cineasta, guionista y director; y a Nuria Saba, compositora y cantautora. Al terminar sus estudios en Londres, el maestro José Luis Gómez, quien acababa de regresar de Alemania para dirigir el Centro Dramático Nacional de España, –siendo el escritor Jorge Semprúm: Ministro de Cultura–, lo convoca como Ayudante de Dirección, con quien trabaja durante tres años. Durante su gestión, crea el Estudio de Actores y Directores, con sede en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, para actores y directores profesionales españoles y, así, reforzar su formación a través de las corrientes escénicas –desconocidas durante la época franquista–, invitando a destacados artistas y profesionales extranjeros en las diversas áreas del trabajo escénico. Así, durante dos años se dictaron talleres de actuación y dirección a cargo de Jhon Strasberg (Actors Studio, New York), Michael Machaleon maestro inglés, especialista en voz y el Método Alexandre, así como Profesores de Iluminación y Espacio Escénico de Alemania, entre otros.
Saba siempre reconoce el gran talento de José Luis Gómez como creador y por ser, sobre todo, uno de los motores fundamentales para transformar un teatro anquilosado por la dictadura en un teatro contemporáneo y vivo en nuestro país. Aún recuerda su primer año en Madrid donde vivió medio año en el taller del gran pintor Antonio Saura en la calle Hilarión Eslava, gracias a la generosidad de su hija Marina a quien conoció en Londres, para luego trasladarse a vivir a la casa de Carlos Saura, cineasta y hermano de Antonio, donde tuvo la oportunidad de conocer a Geraldine Chaplin; y crear, a su vez, un grupo de trabajo y una hermandad con Antonio, Carlos (sus hijos), José Luis López Linares y Nacho Soriano. Luego de trabajar con José Luis Gómez, crea la Productora OFF MADRID con el director Luis Maluenda y la actriz Pepa Sarsa, cuyo primer montaje fue la adaptación y Dirección de “La Ciudad y los Perros” de Mario Vargas Llosa en el Teatro Olimpia de Madrid con el patrocinio del Ministerio de Cultura. Esto le dio la oportunidad de conocer y dirigir a Antonio Banderas, convirtiéndose en grandes amigos, pues Banderas acababa de llegar de Málaga, y fue éste el primer trabajo que realizó como actor profesional. Durante los montajes con la Productora Off Madrid, fue llamado, en 1984, a dictar un taller en Granada para actores y directores andaluces. Considerando el éxito del taller; y lo bien que se sentía y coincidía con el sentimiento andaluz, La Compañía Kábala Teatro de Granada le solicitó ser el Director Artístico.
Saba siempre comentaba a sus actores que los tres años más felices los vivió en Granada, donde desde el Albaicín veía tanto la Alhambra como el alma presente de Lorca. Se convirtió en lorquiano y aprendió a amar el flamenco.
Y como señala en su novela “Bertolucci nunca vino a Cenar”: “…y fue la música, cuando aprendí a tocar el piano, a los siete años, lo que me impulsó al mundo del arte; porque la música es nostalgia de cielo”. Siempre le gustó el tango, la música clásica (sobre todo Schubert), los Beatles, y desde su vida en Andalucía, el Flamenco.
Con la compañía Kabala dirigió: “La Agonía del Difunto” (premio Casa de las Américas) de Esteban Navajas Cortés, que giró por Bélgica, Francia, Holanda, Alemania y diversas regiones de España. Al igual que “Plaza Nueva”, espectáculo musical escrito y dirigido por él. Luego de cuatro montajes con la compañía Kábala se unió a la compañía Producciones FM de Murcia fundada por Teresa Pardo y Francisco Matute, conocido en la profesión como Poika Matute y, para dirigir “Teatro Nacional” de David Edgar, autor inglés quien asistió al estreno en Madrid.
Ya para 1994, fue convocado para dirigir y fundar en el Perú el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (CCPUCP) Universidad que a pesar de su nombre es una universidad laica, liberal, y la más importante de ese país. Tenía que estar en Lima en Mayo de ese año pero, curiosamente, fue invitado a la ceremonia en Praga, el Día Internacional del Teatro, el 27 de Marzo, fecha en la que un intelectual o artista debe pronunciar un discurso internacional que es leído antes de la función en todas partes del mundo. En esa ocasión, el encargado de escribir el discurso fue el dramaturgo y Presidente de la República Checa: Václav Havel. Fue invitado a la ceremonia en Praga, donde tuvo la oportunidad de conocer y conversar con el presidente Havel, quien le mencionó de manera personal y privada que si él no creyese que la cultura fuese esencial para un pueblo, jamás habría asumido la presidencia. Este pensamiento marcó en Saba su decisión de aceptar la dirección del Centro Cultural en Lima. En 2002 la UNESCO le concede al propio Edgar Saba el honorable encargo de escribir el texto de ese año.
Saba se enfrentaba a llevar adelante un Centro Cultural que no era el espacio de un distrito, provincia o comunidad,sino más bien una institución que contaba con una galería, teatro, cine, seminarios, conciertos, maestrías, cuya inmensidad del edificio no sólo simbolizaba la internacionalidad de la institución y la responsabilidad de programarlo, sino que también se convirtió en lo que él solía llamar un puente para que el Perú forme parte del mundo, y el mundo parte del Perú.
En el momento de asumir su cargo en el CCPUCP tuvo muchas dudas al respecto: su hijo Adrián, además de haber nacido en Madrid, ya estudiaba la primaria en un colegio español, su esposa holandesa era prácticamente española y estaba encinta de su próxima hija Nuria. Saba estaba afincado en España enseñando en la Universidad Complutense, en la RESAD y en el Instituto de Radio Televisión Española.
Durante su vida en Perú como gestor cultural consiguió llevar exposiciones artísticas de Picasso, Van Gogh, Leonardo da Vinci, Juan Rulfo, Tamayo, Toledo, Eduardo Arroyo, Clásicos españoles, y muchos artistas plásticos extranjeros que no habían llegado todavía al Perú. Pero la Galería de dicho Centro Cultural, también sirvió como puente para lanzar a jóvenes artistas, tanto del Perú como de Latinoamérica, creando un convenio con el gobierno de Francia llamado “Pasaporte para un Artista”.
Se destacó como fundador y director del Festival Internacional de Cine de Lima durante veinte años y tuvo la oportunidad de acoger ya sea en competencia, como miembros del jurado o como homenajeados a Werner Herzog, Geraldine Chaplin, Ricardo Darín, Fernando Trueba, Liv Ulman, Cecilia Roth, Mario Vargas Llosa, Carlos Sorín, Federico Lupi, Pablo Trapero, Arturo Ripstein, Silvia Pinal, Nelson Pereira dos Santos, Marisa Paredes, María de Medeiros, Alexander Payne, Isabelle Huppert, Rosa Montero, Alfredo Mayo, Gerardo Herrero, Jose Luis López
Linares,Tomás Gutiérrez Alea, Juan Carlos Tabío, Santiago Mitre, Jorge Perugorria y Damian Alcazar entre otros.
El Festival de Cine se convirtió en uno de los más importantes de América Latina, pues los convenios firmados con el Festival de Cannes, de Berlín y San Sebastián, le permitieron presentar en pantallas peruanas las películas que, ni siquiera, se habían estrenado en sus propios países.
Solía declarar a los medios que lo que más le gustaba del Festival era la sonrisa de los peruanos, y el orgullo de poder ver películas latinoamericanas o europeas como cualquier ciudadano del mundo. Sin embargo, la gestión cultural, (1994 – 2017) no le impidió dirigir teatro, prácticamente una obra por año, ya fueran clásicos o contemporáneos, como lo indica su biografía. Por su obsesión de romper fronteras a través de la cultura recibió varias condecoraciones: Chevalier des Arts et des Lettres (Caballero de las Artes y de las Letras) otorgada por la Orden de las Artes y las Letras («Ordre des Arts et des Lettres») por el Gobierno de Francia; Comendador por el Gobierno de Chile; La Medalla de Honor por el Parlamento Checo y la Medalla Felinni por la Unesco, entre otras condecoraciones nacionales.
Desde 1976 realizó su trabajo profesional en Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Perú y España. Debido a todos los países donde ha residido y trabajado, y a su ascendencia, cuando se le pregunta por su nacionalidad, suele responder con los versos del poeta Pedro Salinas; “ Suelo, nada más, Suelo, nada menos, Suelo, Y que te baste con eso.”